En la península Balcánica, al sureste de Europa, se encuentra Montenegro. Un joven país democrático que consolidó su independencia en 2006, poseedor de poco menos de 650 mil habitantes, es el resultado de una larga historia de imperios y confederaciones de la que fue parte. Con una población multicultural conformada por eslavos, ávaros, ilirios y romanos hasta la llegada del Imperio Romano de Occidente y su posterior caída en 476.

La zona costera del país fue parte de la Albania Veneciana entre 1420 y 1797 dC -consolidándose con posterioridad- luego de diversos procesos históricos y geopolíticos, en la República de Venecia, que dominaba parte de la actual Italia, Albania y Montenegro. La relativa autonomía de la nación se vio reflejada en Principados (Zeta y Montenegro), pero siempre con influencia de la República de Venecia y Serbia.

Durante el siglo XX -con las guerras mundiales de escenario- Montenegro fue reconocido internacionalmente como reino, ocupado por Italia y gobernado por una dictadura fascista, hasta el año 1946 cuando fue anexada a la ya extinta Yugoslavia comunista. Como vemos, la historia de Montenegro resulta fascinante y nos da una panorámica de todas las influencias serbio, ortodoxo, eslavo, centroeuropeo y adriático que posee. Con sitios representativos de los períodos pre-románico, gótico y barroco, así como monumentos religiosos católicos, que materializan la influencia veneciana y bizantina.