Su capital es Dodoma y el nombre del país proviene de la unión de las palabras Tanganica y Zanzíbar. Es un país con una superficie de 947 300 km², situado en la costa este del África Central. Limita al norte con Kenia y Uganda, al oeste con Ruanda, Burundi, la república Democrática del Congo, al sur con Zambia, Mozambique y Malawi y al este con el océano Pacífico.

Tanzania es reconocido por sus extensas zonas de fauna salvaje que incluyen las llanuras del Parque Nacional Serengueti, una meca del safari poblada por los cinco grandes animales (elefantes, leones, leopardos, búfalos y rinocerontes), y el Parque Nacional del Kilimanjaro, donde se ubica la montaña más alta de África.

En el litoral, se ubican las islas tropicales de Zanzíbar, con influencias árabes y de Mafia, con un parque marino con tiburones ballena y arrecifes de coral.

El país tiene una población actual de 57.300.000 habitantes. Sus principales ciudades son Dar es-Salaam con 2.700.000 habitantes, le siguen Mwanza con 440.000, Zanzíbar con 410.000. De los cien o más grupos étnicos tanzanos, la mayoría son de origen bantú. La influencia árabe en las islas de Zanzíbar y Pemba se evidencia en sus habitantes, mezcla de Sirazíes (de procedencia iraní), árabes, Comoerenses (originarios de las islas Comores) y bantú (la etnia predominante).

Generalmente cada grupo étnico tiene su lengua propia en Tanzania, pero existe una lengua nacional predominante llamada swahili, que es una lengua bantú con fuerte influencia árabe. El inglés es otra lengua oficial y también se hablan lenguas del subcontinente indio y portugués por los refugiados de Mozambique y los goanenses.

El 78,2% de la población está alfabetizada. No obstante, hay un alto nivel de abandono en la educación secundaria. La educación primaria es gratuita y el 66% cuenta con acceso a servicios de salud.

La mayoría de la población profesa el cristianismo, pero también hay miembros del islam y quienes practican las religiones indígenas. El 99% de los musulmanes se concentran a lo largo de la costa y en las islas. En la actualidad permanecen numerosos clanes que no siguen ninguna de las principales religiones y que veneran al antiguo espíritu de su culto.