Kenia es un país localizado al este de África, bañado por las costas del océano Índico y cubierta por múltiples montañas. De hecho, su nombre proviene del monte más grande del país “Kenia”, que significa “montañas luminosas”. Tras su independencia de la corona inglesa, Kenia mantuvo una economía de libre empresa y logró mantener una tolerancia política, posicionándose como uno de los países más estables de África. Hasta fines de la década del noventa, donde se establece un sistema pluripartidista que hasta el día de hoy no ha podido sostenerse, debido a la alta corrupción política que afecta a todo el país. Desde entonces, no se ha logrado regresar al equilibrio que caracterizaba a Kenia, donde el alto crecimiento de la población, la escasez de suministro eléctrico y la ineficacia en la gestión de sectores claves, han evitado un desarrollo estable del país.